martes, 26 de enero de 2016

Música en los videojuegos

Una buena banda sonora puede tener tanta importancia como los gráficos, ya que se encarga de exaltar las emociones del jugador, reforzando o dulcificando, según el caso, lo que vemos en pantalla. Por el contrario, una mala partitura puede estropearnos la partida.  Pero la música ha ido ganando protagonismo, más allá de sus funciones de apoyo. Algunas composiciones llegan a ser más famosas que el título para las que fueron ideadas, porque gozan de una calidad equiparable a la de cualquier álbum comercial.   Este interés del gran público por la música para videojuegos nació en Japón. Allí, compositores como Nobuo Uematsu pueden permitirse el lujo de dirigir a grandes orquestas y disponer de un numeroso público; un público que suele catapultarles a los primeros puestos de las listas de venta. 
El primer sistema en incorporar efectos de sonido y un amago de banda sonora fue la célebre Atari 2600, en 1977. Todo era muy primitivo, por supuesto, no en vano estábamos en la Edad de Piedra del videojuego, pero leyendas de la época como Asteroids, el padre de los matamarcianos, incorporaban un efectivo apartado sonoro: disparos, explosiones y un rítmico "tic-tic" que reflejaba el movimiento de los enemigos.







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